domingo, 17 de febrero de 2008

LA VIDA NO TIENE SALIDAS





LA VIDA NO TIENE SALIDAS.




Cuando las distancias se alarguen
y comiencen a perderse en los intersticios de la ciudad
las caras y los lugares conocidos.

Cuando los amigos se hayan convertido en otros,
cuando casi todos hayan dejado atrás sus sueños, sus esperanzas,
aquellas fuerzas, aquellos deseos de imposibles al alcance de la mano.

Cuando los dolores y los malestares parezcan una parte inevitable de la vida,
una parte nueva que empuja hacia abajo,
que tiende a derribar, a buscar el encierro, el aislamiento.

Cuando la muerte, vana y vacía parezca rondar todo el tiempo
con su amenaza de ausencia y silencio,
con su amenaza de olvido, falta de sentido y final rotundo. Inapelable.

Allí, en esa zona compleja de la vida que siempre sorprende,
cae encima de los cuerpos como una pared, como un alud,
cae siempre como algo brusco, repentino, inesperado
por más que todos lo hayamos visto en otros.

En esa zona, decimos, es donde la vida pone a prueba a sus criaturas.
¿Cuanto hemos aprendido?
¿Cuánto hemos trabajado en esa carne dolorida que somos?
¿Cuánto hemos comprendido de nuestra pertenencia a la vida?

Cuando parezca que todo se ha terminado
que no quedan opciones, que no hay salidas.
Entonces, recordemos, grabémoslo en lo más profundo,
en lo más íntimo de nuestros instintos que
la vida no tiene salidas.
No busquemos lo que no hay.

¡Entradas!
La vida se trata de entradas, de lazos, de contactos.
Hace falta siempre jugar una vez más.
Hace falta insistir en las diferencias,
en lo nuevo, en lo más central y propio de cada uno.
En lo verdaderamente antiguo. Central.
La vida tiene entradas,
miles, infinitas formas de entradas.
Ella no se cierra a nosotros,
es imposible, somos parte de ella.
No temas.
Arrójate.
Vuela.
Zambúllete.
Nada en ella.
No te apartes.
No te equivoques,
no hay salidas,
entradas, sólo entradas.
Conexiones y reconexiones.
De eso se trata.
No hay más.



Enrique 17 / 02 / 08

A todos los que padecen sin saber por dónde seguir.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin palabras,,,, que nivel1!1
Un fuerte abrazo, gracias por enviar tan preciado material, bss
Bel

Anónimo dijo...

Muy bueno eso de que hay entradas y eso es lo que a veces no sabemos, como entrar
Mario

Anónimo dijo...

Querido Enrique:

¡Te felicito! Es que más que poema, es también una declaración, y siento que por ello ha andado por todos lados. ¡Enhorabuena si ahora es parte de la cadena de concientización que se suma a otros mails valiosos!

Te mando un abrazo muy grande.

Alejandro

Carlos de Madryn dijo...

Bien.Muy bien. Buscar entradas, aunque no sepamos cómo, Mario. La vida misma enseña. Tiene mensajeros. Señales. Luces. Solo hace falta quererlo. Querer entradas. Que de sacarnos y buscarnos salidas se encargan los miserables. Los que no dejan querer y vivir en paz.
Un abrazo. Ya sabrán de mis entradas.

Anónimo dijo...

Me reí.... si me reí porque hoy justo que lo leo me encontraba buscando salidas.... y digo bueno, este poema es una entrada!!!!!

Gracias a ese ser hermoso y sensible que brinda una bocanada de oxigeno con sus palabras, Gracias Enrrique.

María

Enrique Tosto dijo...

Muchas gracias a Carlos y María por sus comentarios, creo que entre todos podemos ir construyendo una gran entrada valida para muchos, súmense, convoquen a otros, escriban, constrúyanse como sujetos de la cultura y tal vez podamos crear un hermoso juego que nos haga sentir que vale la pena vivir, que la vida vale las penas.

Un abrazo.
Enrique.